El hálito del erotismo


( foto izquierda Helmut Newton; derecha H.Cartier-Bresson )

Los recuerdos de la vida amorosa de un joven se componen de muslos, brazos, gestos, movimientos... Cuando el rostro aparece entre los demás miembros del cuerpo, termina la pubertad y empieza la edad madura del hombre.

Una soledad gélida me envolvía. Era algo más que la soledad del extranjero, surgía de mi interior, de mi ser, de mis recuerdos; era la soledad sin esperanzas que caracteriza al escritor. Mis hermanos culturales avanzaban o retrocedían cada uno por su propio camino; sólo nos comunicábamos mediante señales luminosas.

En esa época aún ardía en mi interior la llama resplandeciente de la alegría pura del erotismo, que me permitía entregarme al amor sin sentir remordimientos ni rechazo. La extraña sensación de tener que huir del “escenario del crimen” tras hacer el amor todavía no se había apoderado de mí. Cogía todo lo que Berlín me ofrecía con las dos manos, sin temores ni dobles intenciones... Existen ciertas épocas en la vida en las que el hálito del erotismo es claramente perceptible en una persona que anda entre los demás como un elegido, como alguien a quien no se puede ni ofender ni ensuciar.


La atmósfera de Londres era erótica; Londres es quizá la única ciudad del mundo con una atmósfera erótica inconfundible. En París la gente se besaba en la calle y hacía el amor en los cafés..., pero el erotismo es algo oculto y rodeado de secretos; el erotismo es siempre el dessous, nunca la desnudez. En Londres no he visto ni un beso dado en una mano en público que durase un segundo más de lo debido o se prolongase de cualquier forma. Más la ciudad rebosaba erotismo y en la niebla se oían gritos de placer.


( Párrafos extractados de la obra de Sándor Márai )

Comentarios

  1. Magnifico texto muy enriquecedor el que acabo de leer , el hálito del erotismo de Sándor Mírai.
    No conocía nada de este escritor y ya tengo lectura para saber más sobre su obra.

    Gracias Manuel por tu buena elección de texto e imágenes.

    Abrazos de MA para ti amigo.

    ResponderEliminar
  2. Cuando no hace mucho leí un articulo en el Pais de sobre este autor, creo que se titulaba "la intensa vida, o la vida intensa de S...", no se muy bien porque me vino usted a la cabeza, ahora ya lo se.
    Mis besos

    ResponderEliminar
  3. ¡Excelente texto!

    Maravillosa definición de los hombres, sus paises y costumbres ante el erótismo.
    Saludos.

    mariarosa

    ResponderEliminar
  4. Me encanta cómo clasificas los recuerdos amorosos en las diferentes épocas de nuestras vidas.
    Nunca pensé en ese hálito de erotismo que se respira en Londres así que estaré al tanto la próxima vez.
    Un beso desde la curiosidad.

    ResponderEliminar
  5. ¡Qué raros sois los hombres! Me queda la duda de si vuestro paso a la vejez es tan nítido como el de la pubertad a la edad madura.

    Bellos recuerdos...

    ResponderEliminar
  6. Pues sí, mi querida Alice, me refugio en Calderón: "A florecer las rosas madrugaron y para envejecerse florecieron; cuna y sepulcro en un botón hallaron..." Somos tan raros como vosotras bellas y mutables...¡Besos y recuerdos para tí!

    ResponderEliminar
  7. quizás el erotismo británico tiene mucho de culpa y verguenza, por eso adoro el amor en grecia

    ResponderEliminar
  8. Cuando en noches anuentes
    de intimidad celeste
    contemplo las estrellas
    desnudamente bellas:
    me invaden arrebatos
    de cósmica lujuria
    y sufro y desespero
    al no poder siquiera
    coger alguna de ellas.

    Elías Nandino

    Aprendió bien de adolescente y joven ese arte que no todos los hombres poseen. Hay personas con un cierto (como se escribe?) sexapil, que con sus palabras, mirada, gesto, boca, su actitud y postura corporal consiguen encantar y seducir... por eso vendré por aquí¿¿??

    Me gustó leer estos párrafos sobre Sándor Márai, explica muy bien qué es el erotismo: "es algo oculto y rodeado de secretos; el erotismo es siempre el dessous, nunca la desnudez".

    Un abrazo.
    Ex-lemaki.

    ResponderEliminar
  9. Pilar tiene razón. En la Grecia y en la Roma clásicas, el paganismo politeísta construyó sociedades más hedonistas y tolerantes. El monoteísmo judeo-cristiano nos metió en las entrañas (¡el pecado original!)el concepto de culpa...¡A mí, que me registren!

    ResponderEliminar
  10. ¡Lemaki se reencarna en Oliva! Es usted la monda lironda: me gusta su nuevo heterónimo. Ahora me manda usted una tarea: conocer a Elías Nandino...a ver si sus versos me "desenrobinan" el erotismo en este domingo más triste que la bragueta de un fraile. Abrazo

    ResponderEliminar
  11. pues mire usted, no sé por qué pero dudo de esa tristeza de bragueta de fraile, por su parte... entonces, hay diferencia entre fraile y cura??? puesto que lo curas tienen fama de ... perdón, perdón... nunca se puede generalizar!!!

    Un beso -es el primer beso que le envio- para animar este domingo pre-festivo, al que le seguirá más días de hacer lo que le apetezca...

    ResponderEliminar
  12. ni idea de este autor;)pero buenos extractos has elejido

    el eros es algo que todos llevamos y que expresamos desde nuestro particular acento sin duda

    besitos de luz
    feliz domingo acá de mañana aún:)

    ResponderEliminar
  13. Mi querida y austral Elisa, a veces pienso que el eros consiste en atravesar las formas de cada persona y ver en ella la gracia de su esencia...pero, en otras ocasiones, una apariencia abrumadoramente bella te impide ver ¡que no hay nada detrás! Besos desde mi celda del monasterio.

    ResponderEliminar
  14. Mi apreciada ex-Lemaki, hoy Oliva ¿arbequina?: hace usted muy bien en dudar de mi palabra. Yo también dudo de ella. Sí, los frailes vivimos en comunidad y, a menudo, en silencio. Y, siempre, sin féminas en el monasterio. Los curas son seculares y no tienen voto de pobreza, como nosotros. Por cierto, a usted, que tiene lecturas y escrituras le pregunto: ¿El amor? ¿A qué huele? Yo no lo sé, que también tengo voto de castidad...
    Su primer beso me ha dejado tierno y confuso. ¡La paz sea con usted!

    ResponderEliminar
  15. le encontré hoy (lunes Día de la Constitución, sí, si señor, hay que recordarlo que gracias a este documento, hoy estoy en casa... ay, qué frivolidad!! no, gracias a este documento pude aprender algo más que mis padres) en el blog de Elisa...lichazul y recordé su despedida gris oscura. Pasé para comprobar su estado de ánimo y ver si nos había deleitado con algún asunto de interés: las piernas de las chicas de treinta años o el tenedor en una mano de mujer comiendo una exquisita pot au feu... pero no, estará disfrutando del puente, como debe ser! muy bien.

    Un abrazo.

    PS: la distinción entre fraile y cura me ha convencido, tendré que ponerme al día también en este tema, cuando venga a visitarle...

    ResponderEliminar
  16. Muchas gracias, Dª María de las Olivas, por pasar por esta su casa de citas en el día de nuestra Carta Magna. No. No me he ido de puente. Me gusta viajar cuando las hordas bárbaras vuelven al redil de sus rutinas. Soy más espárrago que pájaro de bandada, jaula y alpiste.
    Más para su formación eclesial: los curas dependen del Obispo ordinario del lugar. Los frailes del Abad o Prior de su monasterio.
    Y yo dependo de salvar algunas redes y tender algunos lazos. Abrazo affmo.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Pienso que l@s comentarist@s preferirán que corresponda a su gentileza dejando yo, a mi vez, huella escrita en sus blogs, antes bien que contestar en mi propio cuaderno. ¡A mandar!

Entradas populares de este blog

Antiguo muchacho

Granada: Casería de Los Cipreses. Recuerdos en azul y blanco.

¿Por qué escribe usted?