La Trainera naufraga
Un conocido mío, reputado gastrónomo, me pide asilo para acoger su crónica de un restaurante a la deriva. Desea firmar con uno de sus heterónimos. Mi albergue está a su disposición, y a la de todos ustedes. ¡A mandar!
"Este es el cuento de cómo un restaurante de solera está tirando por la borda su antiguo prestigio.
Quien suscribe, en otros tiempos, visitaba el restaurante La Trainera asiduamente. En la actualidad, de tarde en tarde. La Trainera va a la deriva. Precios exorbitantes y calidad mediocre, tirando a mala.
Sus pescados son invariablemente de vivero. El jamón que sirven es de tercera categoría, muy salado casi siempre y cortado de cualquier manera. Las ostras, de regular calidad y de una única clase y tamaño, salvo en lo que a su precio se refiere, que es excesivo.
La cocina se limita a una plancha y unas cacerolas para hervir, siempre demasiado. No se preparan guisos ni asados. No hay platos del día, ni recomendaciones del chef, si es que existe tal figura. No se ofrecen verduras, legumbres u hortalizas. Los pescados a la plancha se presentan a la mesa mondos y lirondos, sin guarnición de clase alguna. Si el cliente desea una ensalada, será castigado con un tomate insípido e incoloro, endivias de plástico y ¡cebolla de guisar! Nada de cebolleta o cebolla roja (que reservan para una llamada “ensalada de berros” caducados y secos, con atún en escabeche cocido en vinagre) ni apio, ni rúcola, ni escarola ni nada de nada.
El aceite utilizado en la cocina no es ni virgen, ni extra, ni tan siquiera de oliva. El menaje es patético. Cubertería, vajilla y cristalería son cuarteleras, indignas de un comedor de colegio. Manteles: ni están ni se les esperan. O sea, que no hay manteles, ni tan siquiera de papel.
La bodega se queda en unas cuantas referencias, desactualizadas y excluyentes de cualquier denominación o autoría distinta a Rioja o Ribera, mal conservadas y servidas a infame temperatura. Alegan que su clientela pide siempre “el vino de la casa”.
De verse obligado a esperar en la barra, le infligen a uno un tinto caliente. No se atreva el incauto a pedir, como tapa, un poquito de salpicón. Viene rancio de la cámara y cocido en vinagre, no precisamente de Jerez.
La decoración es la misma que en los años sesenta. Estilo marinero, reinterpretado en Castilla. Eso sí, una vez al año se pintan los comedores, durante el cierre agosteño.
No hay postres caseros ni repostería, propia o ajena. El pan, correoso y frío como el agua del río. Como agua mineral, con o sin gas, evitan ofrecer marcas de calidad con presentaciones de actualidad.
Este parte médico es desesperanzador. Pero ya saben ustedes: donde no hay publicidad, resplandece la verdad. Que pongan manos a la obra y se apliquen el cuento." Fdo: El Chapulín Cucharetero
La Trainera, c/ Lagasca,60
28001 Madrid
¡Una joyita vamos!, ni siquiera digno de la guía carretera cutre.
ResponderEliminarBueno es saberlo
Saludos cuchareteros
Pues sí, 4Oañera, y lo más grave es que, al parecer, te "clavan" en la factura, incluso si no has catado el marisco...¡Porca miseria!
ResponderEliminarEso me suena a mí a vivir de viejas glorias y dorasos tiempos pasados, sin pensar en actualizarse y/o al menos adecentarse.
ResponderEliminarNo pinta bien, aunque ya se sabe, quizás sobreviva de "clavadas" a incautos turistas!!
salu2
¡Qué verdad es! Esto ya no es lo que era. Vamos, que dentro de poco van a ser el Burger King en versión marinera.
ResponderEliminarYo lo he conocido en sus buenos tiempos, pero confieso que hace mucho que no voy. ¡Una pena! ¿Los Remos de la A-6 es del mismo dueño? También hace mucho que no voy pero me daría mucha lástima que también se echase a perder...
ResponderEliminarYP me pide amablemente que publique su correo, que reza así: "No entiendo que echen a perder tantos años de trabajo con éxito e importantes ganancias."
ResponderEliminarCreo que por ahí van los tiros, amigo Leamsi: turistas y palurdos...
ResponderEliminarAmiga Alice, hace siglos de no voy a la Cuesta de las Perdices (¿te acuerdas?). Supongo que seguirá siendo de la familia...Abrazos
ResponderEliminarUna pena que pierda la calidad de sus tiempos de gloria, para los antiguos y asiduos clientes se ha convertido en una tasca de barrio.
ResponderEliminarLa Trainera naufraga, restaurante a la deriva.
Besos de MA para ti amigo.
Un viejo amigo (Vicente O.F.) me escribe este correo : "Querido Manolo ¡GENIAL ¡ lo comparto contigo cien por cien."
ResponderEliminarA lo que se ve, Vicente es otro damnificado por el deterioro implacable de La Trainera. Lo siento.
Así es, Mari Ángeles ¡sálvese el que pueda!
ResponderEliminarFederico O. me manda estas líneas: "Con un poco de pena, no puedo estar más de acuerdo con tu amigo. Antes lo frecuentaba pero, la última vez me marché, incluso antes de comer."
ResponderEliminarLamentable e ¿irremediable?...
Lali dice: "Era , en su momento, uno de mis preferidos. Allí probé por primera vez, la merluza con angulas…¡Qué pena!"
ResponderEliminarPor lo que veo no es un restaurante apto para una comida de trabajo ni para una cena para dos. Mejorarán si toman buena nota de esta crítica constructiva.
ResponderEliminarPor decir algo, falta que pongan baberos en vez de servilletas o aparezca un pelo en la sopa. Es de suponer que no será obligada la propina ya que con un 20% de la factura ya sería ostentosa.
Buena critica Manuel.
ResponderEliminarUn abrazo
¡Tomo nota, mi querida Loli! Transmitiré la idea del babero al Chapulín Cucharetero.
ResponderEliminar¡Gracias Marian querida, en nombre del Chapulín Cucharetero!
ResponderEliminarUuuuufff...!!!
ResponderEliminarNo lo conozco, me gusta el nombre, pero como lo pintas, solo le vá bien, tu misma frase.
...¡Porca misería!
Un abrazo, querido amigo Manuel Mª
Eso es Merce, a la deriva, al garete...¡Morir de éxito!
ResponderEliminarNacho F.P. me escribe: "Parece realmente desolador. Es curioso que siendo los de la Trainera familiares de las Pescaderias Coruñesas(dueños de El Pescador, entre otros), pueda no ser buena la calidad ;si bien es cierto yo trabajé con ellos una temporada y por razones de calidad-precio, dejé de hacerlo:eso si el servicio era impecable.
ResponderEliminarSobre los manteles, creo recordar que nunca los tuvo, y los precios...ya sabes, muy elevados siempre,pero dada la situacion actual ,muchos de estos sitios de rancio abolengo les esta costando mantenerse, fijate!!, Jockey ha cerrado."
Amigo Nacho: Pienso que "la avaricia rompe el saco". Jockey estaba muerto desde hace muchísimos años...
ResponderEliminarLa crisis económica no es la causante del deterioro continuo de La Trainera: dejadez, abandono y falta de capacidad de renovación...
jajajajajajja!!!
ResponderEliminarEs para recomendar a un enemigo!!
Làstima que estoy tan lejos!!
Un abrazo.
¡Bienvenido, Martín Fierro! Es para advertir a los amigos incautos...A los enemigos, plomo.
ResponderEliminarAbrazos pamperos.
Desconozco el lugar pero te invito a comer un rico asado a mi Buenos Aires querido.
ResponderEliminarUn abrazo
Querida "saltar del tren", acepto encantado, y agradecido, tu invitación...¡mi Buenos Aires querido, cuándo yo te volveré a ver! Cuando vengas a Madrid, voy a hacerte emperatriz de La Cibeles. Un abrazo.
ResponderEliminarAl parecer lo unico bueno que le va quedando a la Trainera son las gentiles chicas del guardarropa.Ellas se esmeran y sonrien y te dan un trato agradable.Lastima que no sean las cocineras posiblemente el menu caeria en gracia y no seria tan de mala clase.
ResponderEliminarViejo Yayo.