Duermevela
Al alba, un aire leve en la ventana me acerca el olor de las acacias y el gemido de los amantes. Tu recuerdo se despliega entre luces como barco en silencioso puerto, con tu dulzura, tu breve desamparo que mi beso no alcanza. "No pasa nada"-me digo-, porque esta noche me hablo con la fe de los enfermos y los desesperados, como si lo hiciera con alguien vagamente querido, que no duele, ni es causa de dicha. Lejos de casa, de mí, de ti: soledad, vuelo azul. Monto guardia al clarear, en el delgado nácar que tejerá la duda, en la tristeza tonta por todo y por nada de este tibio sufrimiento de jazmines recientes. Mientras te duermo, amor, te acuno en el sueño que mecen mis manos. ( fotos del autor )