En primera persona del singular
En la tienda de Isidoro Álvarez, vulgo Corte Inglés, he manoseado/ojeado/hojeado un libro de David Lodge. La tesis del profesor es que en la novela contemporánea se va perdiendo la ficción literaria para ir más a la confesión, a la narración de una vida, a una visión singular. Aparece sólo la conciencia del autor y no tanto las conciencias de muchos personajes, como en las clásicas novelas del siglo XIX.Estoy de acuerdo. ¿Por qué es así? Lodge lo atribuye a que hemos perdido nuestras certezas metafísicas y por eso presentamos nuestro punto de vista singular, que nadie puede impugnar. Para mí, a la causa anterior debe añadirse que es mucho más difícil escribir “Guerra y Paz” o “Madame Bovary” que las novelas unipersonales de hoy. Y que las hoy en día se nos ofrecen como corales o pluripersonales, contienen, a manera de relleno, muchos personajes de cartón piedra. En general.
De todas formas, en esta etapa de mi vida, no quiero artificios literarios. Sólo memorias, diarios. Autoficción, si se quiere; correspondencia, incluso. Todo en primera persona del singular.
( David Lodge es profesor de literatura inglesa moderna. La primera foto es de mí y la segunda mía )
Muy lindo el jovencito de la primera foto, o sea, tu. A saber que pensabas sobre el tema que nos ocupa a esa edad. Yo escapo de las literaturas complicadas y demasiado densas. Prefiero memorias y diarios como dices tu, aunque también he leido a Madame Bovary. Todo tiene su momento...a gusto del consumidor.
ResponderEliminarBesos literarios, querido Manuel.
Desde luego mi persona si perdió hace tiempo toda certeza metafísica, lo bueno es que ya ni me
ResponderEliminarimporta.
Tenías carita de niño interesante, ¿la has mantenido?, es una foto de mis tiempos.
Comparto la actitud literaria que mencionas. Un saludo.
Coincido algo contigo y, aunque parezca una tontería, te haré una pregunta: "¿de cuantos libros escritos hace relativamente poco tiempo recordamos frases clave, de las que digamos que se convierten en parte de nuestro vocabulario o que nos hicieron pensar y/o razonar e, incluso, hemos convertido en dogmas?".
ResponderEliminarYo, al menos, de pocos pero, parafraseando a Nietzsche, "¿No es la vida cien veces demasiado breve para aburrirnos?", así que, en general, prefiero la "levedad" de la literatura contemporánea que no me haga pensar ni razonar y tan sólo me entretenga. Y no quiero decir en absoluto que me aburra leer un buen clásico, sino que ahora prefiero beberme la vida con la mínima cantidad de problemas.
Besos
En un todo de acuerdo, amigo.
ResponderEliminarLo has dicho perfecto.
Un abrazo.
No hay más que añadir..
ResponderEliminarTampoco en los tiempos que corren, se le puede pedir peras al olmo.
ResponderEliminarPuede que los tiempo estén cambiado, puede que podamos que ya no nos interese lo mismo que antaño.
Claro que hablo por mí, y ahora esté más interesado en reflexiones que en novelas enrevesadas. o lo mismo es que nos hemos vuelto más cómodos gracias a esta sociedad que nos marca los parámetros a seguir.
Sea de la forma que sea, es un placer poder leer sus escritos... un saludo
Qué razón tienes en todo eso que dices, Manuel.
ResponderEliminar¿Y tú me podrías explicar porqué ahora a todos los editores les ha dado por exigir novelas de alrededor 600 páginas?... Te lo digo por eso que dices del "relleno" con personajes de cartón...
Un beso.
Desde luego es evidente que hoy hemos perdido las verdades metafísicas de antaño y tenemos la posibilidad de expresar pensamientos libres y diferentes de cada escritor, algo que antes no se podía hacer.
ResponderEliminarEn lo que no estoy de acuerdo es en que se haya dejado de lado la novela clásica, con múltiples personajes creados por la ficción del escritor. Incluso la moda actual está en la literatura de (yo la llamo así)magia-ficción, donde falsos ángeles, demonios, hombres-lobo, brujos de otros mundos, y personajes por el estilo, se pasean por nuestro planeta como si estuviesen por su casa.
Saludos, y un abrazo.
¡Gracias Ofelia/Silvia! Ese joven no barbado se encontraba leyendo a...¡Flaubert! ¡Bingo! Sí, querida, sí: las etapas de la vida requieren su propio género literario. Empiezas en Salgari y Verne, pasas por Balzac y Tólstoi, sigues con Zweig y Mann y das con Nietzsche y Freud, para terminar con Góngora y Juan Ramón...Beso reduccionista, como mi enumeración apresurada.
ResponderEliminarEs cierto el dominio del personaje de cartón piedra en la novela actual, no lo había pensado, pero según te lo he leído, he caído en la cuenta.
ResponderEliminarRespecto a la foto, estoy segura de que, quien tuvo, retuvo.
...personajes de cartón piedra...
ResponderEliminares lo que hay, pero lo malo es que me gusta.
salu2
Amigos Alice y Leamsi/Ismael: cartón piedra, escayola,papel maché,poliespán, plexiglás, huecos, hueros, vanos...A la jefe Alice y a Ismael les debo una botellita de Clío ¡Gracias, hermanos!
ResponderEliminar¡Bienvenida para Carlos Galeón! No soy lector de novelas prefabricadas gótico-pseudo-histórico-grotescas-deformes-excesivas, ¡Falsas imposturas!
ResponderEliminarPrefiero, y creo que tú también, leer nuestro barroco, mejor en el género lírico. ¡Tu blog es de gran calidad!