Hacía calor...
,
...y el día había cumplido la mitad de su tiempo...
( Ovidio, Amores,1,5 )
Prometo por todos los dioses del Olimpo que encontré esta foto, la de arriba, dentro de la tarjetita de memoria de mi pequeña cámara Harinezumi (erizo, en japonés), pero no soy consciente de haber ordenado a mi dedo apretar el disparador. El resto, ¿quién no lo sabe? Sea como fuere, me vi cuando antes, tan lejos de mí ahora...
Ahora sí que me reconozco, en aquel lugar del otro tiempo...
En aquel lugar del otro tiempo...bello post!
ResponderEliminar¡Gracias Andri! Siempre a vueltas con el tiempo, el amor, el desamor, la muerte...
ResponderEliminaramigo mío, es lo que tiene andar revolviendo por los rincones de la memoria(aunque sean los de la tarjeta)
ResponderEliminarun abrazo
Un post ecxelente, quedo pensando. Un abrazo
ResponderEliminarPienso lo mismo que Alma, hay cosas asi.. por casualidad... besazo.☺
ResponderEliminar¡Gracias Ismael! En realidad, es la memoria quien anda revolviendo mis recovecos interiores...
ResponderEliminar¡Gracias, querida Alma! La frente pensativa...
ResponderEliminar¡Gracias Olga, amiga! Alguna veces la vida...
ResponderEliminarDios, Manuel. Me matas. Yo no estoy en estos momentos para estas cosas tan hermosas y dolorosas. El tiempo, qué jodienda, parece que siempre nos persigue, como una alimaña, y siempre queremos zafarnos, asustados. ¡Qué lucha más inútil y desigual!
ResponderEliminarUn beso, bonito (buena estoy)
Alice ¡arriba los corazones! ¿A qué detenernos a cada rato? Tomemos sin orgullo, abandonemos sin esfuerzo.
ResponderEliminarAlla va el olor de una rosa.