Malos tiempos



(Christine, foto del autor)

En Madrid hace calor y yo tengo astenia, primaveral supongo. Me ha entrado “la conformidad”, como dicen en Granada.

¡Siempre igual! Noto que las gentes normales no tienen nada de excepcional. ¡Obstinada nada que me anega!

Noto que la edad apresura mis gustos y disgustos. Me queda menos tiempo de tener paciencia, y las personas, la mayoría, no me procuran materia de esperanza. Me refugio en mi escritura, que busca exactitud y economía de letras. Pocas palabras para pocos lectores. Se precisan pacientes lectores que con sosiego lean.

Con la calma que yo perdí, rota en pedacitos, el día en que ella me llamó desde la isla de La Reunión. En aquel entonces aquella mujer era conservadora jefe de un enorme parque natural en tan lejanas latitudes.


Llamaba para invitarme a conocer su paraíso perdido y, de camino, para que asistiera a su boda, allí mismo, en las islas Mascareñas, con mi rival francés.

Entre ruidos e interferencias grité a la mujer que se me iba para siempre:

-«Recuerda que nunca es necesario decir que sí». Y añadí: «¿y yo? ¿qué será de mí?»

Christine respondió:

- «Ya eres mayorcito y sabrás arreglártelas».

Christine había inventado un sistema para crear una capa de estructura vegetal encima de la tierra que está debajo del bosque. Se siembra soja que no se recoge y se deja pudrir. El invento ahorra plagas y el petróleo que mueve la maquinaria pesada. Luego la selva crece sin hongos ni otras calamidades, sobre la capa de las matas de soja podridas.

Resulta que mi vida había permanecido en el filo de una navaja biotecnológica. Y que había caído del lado tonto. Comprendí que los malos tiempos no habían hecho más que empezar.

Comentarios

  1. Inteligente mujer, por su labor, digo. Lo demás no puedo saberlo sin conocimiento de causa.
    En cuanto a:
    Me ha entrado “la conformidad”, como dicen en Granada.
    ¡Siempre igual! Noto que las gentes normales no tienen nada de excepcional. ¡Obstinada nada que me anega!
    Pues lo puedo entender y compartir, será generacional, pero a ratos mi niña interior erosiona la costra de la vieja y se marchan en bicicleta o de paseillo o simplemente disfrutan estando y respirando su mundo peculiar, porque el otro, el exterior solo es eso, simplemente corriente, repetitivo y aburrido y lo mejor de todo es que no lo puedes decir para no ofender, porque cada cual se vive .... vaya vd. a saber cómo, y solo es de su incumbencia, no de la nuestra. Puede que piensen lo mismo con respecto a nosotros, eso seguro ;) Bss.

    ResponderEliminar
  2. A veces, de los sentimientos podridos nace la esperanza. Lo malo es que hay que esperar a que se pudran y eso se hace muy largo.

    Besos.

    ResponderEliminar
  3. Me gusta este texto, mezcla de impaciencia, mundos naturales, vegetación salvaje de paraíso perdido.

    Los años también traen este misterioso estado de saber gestionar amores y esperanzas.

    Creo que tu lo haces muy bien, con tu vida repleta de vivencias e historias que te mantienen fresca la memoria y nos trasladas de una manera magistral a mundos de ensueño y realidad.

    Abrazos Manuel Mª

    ResponderEliminar
  4. que refugio y que calamidad inesperada. muy bueno!

    ResponderEliminar
  5. Cuando se llega a cierta edad,entra a realizar su labor las variantes de la T de Student (me rio por no llorar) estamos más cerca de la caja de pino que de la primera comunión... los recuerdos,fracasos,sarandonja, los examenes de conciencia y sobre todo la soledad nos lleva a esos estados de animos.Para cobatir la astenia no hay mejor remedio que una noche o dia con una hermosa mujer, nos podemos congratular que el mercado es amplio y aún con ciertas edades hay mujeres maravillosas que despiertan a los muertos y nos hace olvidar de la caja de pino.
    un saludo amigo, un placer leerte siempre que se puede.

    ResponderEliminar
  6. Me ha llamado la atención lo de "la navaja biotecnológica", curiosa forma de llamar a Christine...
    El otro día pensaba precisamente en el paso del tiempo y como me iba pareciendo más a mi madre en su forma de ver las cosas, algo para mí impensable cuando tenía diez años menos. El tiempo pasa y con él nos llenamos de vivencias, unas más buenas y otras no tanto.

    Un abrazo,

    María Eva.

    ResponderEliminar
  7. Yo también estoy con astenia, melancolía quizá tal vez solo sea la edad la diferencia es que yo me refugio en letras ajenas

    Mis besos

    ResponderEliminar
  8. Lástima que no todo lo que se pudre evite, después, los hongos y las calamidades. Lástima que a veces, tras algunos pasos, no vuelva a crecer la hierba. Besos.

    ResponderEliminar
  9. Insistir con el cultivo de soja .... perjudica los suelos .Interesante Christine.Y bella.

    "Noto que la edad apresura mis gustos y disgustos"
    Me causa gracia porque también a mi me pasa.
    Es inevitable.Hay que aceptarlo.
    Ni intento disimularlo.Me lo tomo con humor
    Abrazo.

    ResponderEliminar
  10. Mi querido y apreciado amigo Manuel a malos tiempos buena cara dice el refrán.

    La primavera hace que nos entre astenia y melancolía en la madurez de la vida ,por los tiempos pasados y vividos que ya no volverán pero se recuerdan con especial cariño o con especial rabia ...

    Son las dos caras de la moneda guardadas en el recuerdo dormido del alma y mediante la escritura despiertan de nuevo a la vida de amores vividos y no olvidados como en este relato ...

    Besos de MA y feliz día amigo desde tierra granadina se respira paz.

    ResponderEliminar
  11. Esta primavera la sangre nos tiene a todos alterados, agitados, excitados
    Besos

    ResponderEliminar
  12. Enamoras con la retórica.
    Me encanta.

    Yo, seré una de esas lectoras que "con sosiego" seguirá tu blog a diario, a partir de hoy.

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  13. Hola amigo, recièn vengo del blogs de 40añera UnaMàs.
    ¡Què coincidencia ambos escriben sobre la astenia primaveral¡Me refugio en mi escritura, que busca exactitud y economía de letras. Pocas palabras para pocos lectores. Se precisan pacientes lectores que con sosiego lean

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Pienso que l@s comentarist@s preferirán que corresponda a su gentileza dejando yo, a mi vez, huella escrita en sus blogs, antes bien que contestar en mi propio cuaderno. ¡A mandar!

Entradas populares de este blog

Antiguo muchacho

Granada: Casería de Los Cipreses. Recuerdos en azul y blanco.

¿Por qué escribe usted?