Once reales palabras


A mi entender y en lo que me concierne como ciudadano, el Rey, al pronunciar ayer sus once palabras de arrepentimiento (“Lo siento mucho. Me he equivocado y no volverá a ocurrir”), queda perdonado y comprometido a no volver a las andadas.

Ahora aguardo que cunda su ejemplo y políticos, empresarios, eclesiásticos, periodistas, jueces y autoridades en general se excusen por sus malas acciones y conductas pasadas y prometan alto y claro que tienen sincero propósito de la enmienda. Y devuelvan la pasta.
He dicho.


(el autor en el curso de actos académico-universitarios) 

Comentarios

  1. Yo tengo una "fotito" con el príncipe de Asturias...Felipe... nos damos la mano, casi me acaricia los dedos...pero yo no doblé la cerviz...nos miramos a los ojos casi intensamente...(aún no estaba enamorado de Leticia)

    Saludos.

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  2. Y has dicho bien, no es tan fácil reconocer-públicamente además-los errores propios; lo cierto es que pocas veces escuchamos a los responsables de barbaridades de tomo y lomo pedir disculpas.
    A ver si alguno más se atreve.

    Un saludo

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  3. Esa noticia dio la vuelta al mundo, así como también sus disculpas públicas. Erra es humano, pedir disculpas lo es más aún.

    Te dejo mis cordiales saludos!!

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  4. En España no cabe un tonto más...bueno, si nos apretujamos, seguro que alguno más puede entrar...me dio verguenza ajena ver la humillación de mi Rey para contentar a esos cuatros inútiles que han atiborrado estos días los medios de comunicación...cuantos perdones nos merecemos los españoles de tantos y tantos sinverguenza que pululan por esta España nuestra,y ahí los tenemos, tan frescos y campantes y con derecho a juzgar, no se les caerá la cara de verguenza.
    Un saludo amigo.

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    Respuestas
    1. Me alegra saber de ti, Fibo.
      Saber que sigues vivo aunque ausente en tu blog.
      Te echo de menos.
      Un beso.

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  5. O que devuelvan la pasta aunque no digan nada.

    (aunque creo que no tendràs suerte)

    Un abrazo.

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  6. Pues yo todavía no sé de qué le tengo que perdonar, si de matar a un elefante que cuesta 45000 euros cuando el pueblo se muere de hambre, si de haber amparado a su yerno, si de tener una amante hace cuatro años y otras muchas antes, si de haber montado el 23 F para luego salir de salvador de la democracia; no tengo ni idea de por qué me pide perdón, ahora, que me he enterado porque se ha roto la cadera, que si no tampoco me entero. ¿éste es el primer embajador de España? Pues a mí no me representa.

    Y todo lo demás, pués también, a por ellos; pero no justifica lo que hace él. Sus disculpas me parecieron patéticas e hipócritas. No os olvidéis que si no se rompe la cadera no nos enteramos y hasta otra. Ni disculpas ni nada.

    ¡Viva la República!

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  7. Recordé una frase de la peli :"Love story":"Amar es : no tener que pedir perdón ... ¡nunca!".
    Lo ideal sería que no hubiese necesidad de pedir perdón.
    El elefante está muerto.La pasta ....dudo que sea devuelta.
    Abrazos.

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  8. Jajaa buen post.
    Antiguamente los Reyes no tenian que pedir perdón... lo que cambian las cosas en democracia.
    Arrepentidos y perdonados... pero la pasta se esfumó como el humo...y nadie les quita lo bailaó... en este caso, lo cazado.

    Un abrazo de MA y feliz día.
    El blog de MA.

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  9. Creo que la monarquía es una institución obsoleta para los tiempos en los que vivimos, que no encaja en una sociedad democrática e igualitaria.

    Creo que cazar animales en extinción muestra una parte de la personalidad del soberano que no es digna precisamente de alabanza, desde inconsciencia a crueldad, desde falta de sensibilidad a falta de respeto a la vida.

    Creo que pedir disculpas nunca está de más y que acerca corazones, que es el primer paso para unir caminos separados.

    Y creo, firmemente, que son tantos los políticos que tendrían que disculparse y no lo hacen ni lo harán, que si tengo que elegirlos a ellos o al rey ( con minúsculas, adrede), me quedo con el rey, que tiene - salvando estos actos imperdonables- muchos más valores cívicos y humanos que todos ellos juntos.

    Un beso Real ( o dos)

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