Malos pasos
(ilustración George Grosz)
Un oficinista anduvo en malos pasos y se enredó en amoríos con una chica de alterne. El buen hombre se llamaba Fructuoso y perdió familia y empleo, además de sus ahorrillos.
Una madrugada despertó conturbado y, al tacto, notó que la moza de fortuna no estaba en la cama. Se levantó y leyó en el espejo, escrito con pintalabios y letra infantil de suripanta del pueblo, esta despedida: «Bienvenido al club del sida».
El cagatintas no tuvo valor para hacerse los análisis, pero sí para tirarse por la ventana del apartamento. Cayó en flor y se quedó como un pajarito.
Conozco variaciones sobre esta historia.
ResponderEliminarPero siempre terminan mal.
Un abrazo.
Se tiene más miedo a lo desconocido y al que dirán, que a la propia muerte.
ResponderEliminarEste seria de la quinta de la blanca: Donde el Valor se le supone.
Un abrazo.
Un microrelato ácido y divertido en el que, como casi siempre me ocurre contigo, me sorprende gratamente, aparte del contenido, el continente; es decir el manejo del lenguaje, la recuperación de estupendos vocablos en desuso como suripanta, cagatintas y expresiones como moza de fortuna.
ResponderEliminarEnhorabuena.
Es duro, cruel como un trancazo. Hay asuntos vitales así, bofetadas. Leerlo ha sido como un bisturí en la muñeca.
ResponderEliminarGenial, breve y exquisito relato donde la ironía reina y se siente a sus anchas.
ResponderEliminarMe encantó. Un saludo desde México.
Pío,pío,pío. Bs.
ResponderEliminarMal asunto, con eso no se juega...
ResponderEliminarNo dijo ni pío el hombre al caer al suelo.
La vida no le sonrió...
Un abrazo de MA y feliz noche.
Pobre!! pero quien puede culparlo? Hay que estar en esa situación para saber que haríamos.
ResponderEliminarCariños...
¿Por qué lo castigas de esa manera tan cruel? El pobre, ¿acaso no sabe que sida no significa muerte?
ResponderEliminarSaludos.
Notable tu relato, siempre me sorprendes.
ResponderEliminarUn abrazo a la distancia.
Qué mala mujer...
ResponderEliminarUn beso e el espejo ( o dos)
Menudo pájaro el tío...esos son los pasos que te llevan hasta el salto mortal...
ResponderEliminarSi hubiese estado más atento a cultivar su raciocino...en vez de perder el tiempo con todo eso de que las mujeres te adulen por dinero...
Besos, Manuel.
No se detuvo mucho tiempo a pensar, ni antes del desliz, ni después. Ni que sida significase morir.
ResponderEliminarUn placer leerte.
El sida, si da verdad?? a tener cuidado con las relaciones pasajeras,que sin criticar mejor hay que usar presevativo, yo siempre lo hago. saludos jajaja, perdón.
ResponderEliminarBuenas prosas aquí, Manuel María, gracias por tu interés, nos leemos.
ResponderEliminarSalud
Manuel Marcos