¿Qué quieres ahora? IV
(foto Saul Leiter) Cuarta secuencia Pero apenas pulsó “enviar”, levantó los ojos del pequeño artilugio y lo estaba introduciendo en el bolsillo trasero de su ajustado pantalón cuando vio que a su lado estaba aparcado el Volkswagen Golf gris perla de Nacho. No podía ser cierto; no le había vuelto a ver desde aquel día, iba para un año, en que el muy hijo de puta la había citado muy cerca de allí, en el Pub Meeting , para informarla de que en un mes se casaría con Maribel. -Sabes que tú eres la mujer de mi vida –le había dicho entonces– la única a la que podré amar. Pero esto es otra cosa, cielo. Maribel es una buena chica, me quiere mucho y, sobre todo, está podrida de pasta. Sé de buena tinta que su padre va a entrar en el próximo gobierno del PP y me ha prometido una dirección general de algo. Compréndelo, es mi futuro. Le temblaban las piernas hasta la punta del tacón. Cruzó la calle a trompicones, se retocó los labios y entró en Meeting . Le vio de espaldas,