Pregunto a mi hermano muerto
(fotos del autor)
- “Ha pasado poco tiempo aún”, me dice.
Y eso que mi hermano murió el primero de marzo de mil novecientos noventa y nueve.
A ver si consigo transmitir a mi hermano un diálogo que vengo de leer. Idan Segev, neurobiólogo, va y dice:
− “Dios es una invención del cerebro. Si yo fuera capaz de construir un robot con un cerebro tan complejo como el mío, seguro que creería en Dios”.
Pasko Rakic, otro genio, le responde:
− “Muy probablemente, el robot pensaría que su constructor es Dios”.
Las religiones monoteístas necesitan de la pulsión de la muerte. Y de la culpa. Es mejor renunciar aquí y ahora para asegurarse un más allá feliz, te vienen a decir.
Sabemos que los animales no tienen religión, pero sí quizás alguna forma de paraíso. Se lo merecen por querernos y cuidar de nosotros, sus amos, con la fe del carbonero y la fidelidad legendaria de las antiguas mujeres.
Spinoza, panteísta él, imaginaba que si los animales crearan su Dios, lo inventarían a su imagen y semejanza: con grandes orejas para el Señor de los asnos, una trompa para el Dios de los elefantes y con un aguijón para el de las abejas.
¡Quién sabe dónde! ¡Vaya usted a saber! ¡No somos nadie! ¡A mí, que me registren! ¡Se hará lo que se pueda!
¡Y se pudo poco porque corto ha sido el tiempo!.
ResponderEliminarUn beso de paraíso
Juaajjjj, si señor, se hará lo que se pueda, y de paso dile a tu hermano el fallecido que el tiempo no existe, que no me extraña nada que te diga eso. Ahh si y que pienso como Spinoza, al fin y al cabo compartimos apellido, ... cuestión muy "espinosa". Bss.
ResponderEliminarSi, no somos nadie en este mundo de paso, en el otro mundo
ResponderEliminarya veremos lo que seremos en el y en este, hay mucho mundo y vida
por descubrir aquí y allí.¿Quien sabe donde?
Nadie ha venido ha decir lo que hay, pero todos nos iremos allí
a la eternidad del otro lado divino.
y no volvemos aquí, donde hay tantos dioses.
Besos de luz y larga vida con salud.