Llamas de amor entre espías
En Londres, ahora hace un año, el auténtico éxito prenavideño lo constituyó la exposición Christine Keeler, My Life in Pictures (en la Mayor Gallery de Cork Street), una muestra de setenta fotografías de la célebre modelo y show girl -llamémosla así- que consiguió poner en la picota en 1963 al Gobierno conservador de Harold Macmillan.
Y todo ello al hacerse público que la avispada muchacha se acostaba al mismo tiempo,aunque a distintas horas, con el secretario de Estado para la Guerra del gobierno de Su Graciosa Majestad, Lord John Profumo, con el proxeneta y narcotraficante Johnny Edgecombe y con el agregado naval de la Embajada soviética en Londres, un tal Yevgeni Ivanov.
Una bicoca para los chicos del MI-5, el afamado servicio de inteligencia británico. De la importancia como icono pop de la Keeler en el imaginario (masculino) del Reino Unido da buena cuenta el hecho de que muchas fotografías (algunas con tiradas de 50 copias y precios superiores a las 1.700 libras) ostentaban el distintivo de vendidas a las pocas horas de abrirse la exposición. Y es que con la Keeler no hay austeridad, ni siquiera millonaria, que valga.
Me gustaron esas fotos y también ella
ResponderEliminarMi beso no espia
Bonitas fotos...y la del sofá, más....
ResponderEliminarUn besazo.
Una vida de película la de esta mujer, líos, amantes, sexo, drogas, escandalos políticos y más...
ResponderEliminarDisculpa que no venga con la frecuencia que te mereces.
Un abrazo grande,
Eva.
Una chica tan bonita y ella solita pudo hacer temblar a los lideres de ese momento...
ResponderEliminarmariarosa
LAS MUJERES PRECIOSAS HACEN PRECIOSIDADES.
ResponderEliminarUN ABRAZO
¡Qué tía la Keeler! Y es que hay que ver cómo se les suelta la lengua a algunos entre las sábanas.
ResponderEliminarAbrazos.
Mientras se platique de algo después de, jajajjaajjajaa, con ese cuerpo, ni hablar se merecía ser tratada como una reina, bueno como muchacha bonita, porque luego hay que ver como soy tratadas las reinas, cada quien que haga de su vida un papalote, ¡Pero hay de chismes a chismes! Hay que saber guardar silencio.Ssssss silencio que están durmiendo los nardos.
ResponderEliminarHermosas imágenes y la historia de película, muy interesante
ResponderEliminarBesos Manuel