Deseos de mujer allá por Nochevieja.
(foto de Manuel María Torres Rojas) Un multimillonario guapo, inteligente y calavera, que nos consienta hasta echarnos a perder y nos regale “manolos” y “jimmy choo´s” y… una casa en Provenza. Un poeta que nos desnude y nos lleve de la mano descalzas al fin del mundo. (Si no podemos conseguir un hombre como papá, mejor los dos, el multimillonario y el poeta) Los vestidos de Fortuny. Una casa llena de luz donde cuidar nuestro amor, nuestros hijos y nuestros amigos. El mueble zapatero de Imelda Marcos. Leer y soñar. Olvidar los libros y los sueños y vivir. Zafiros, brillantes, perlas. Peonías, jazmines, violetas, rosas antiguas. Una piel suave y tentadora con un corazón capaz de pecar y perdonar. Alegría, gratitud y un hijo vividor y tarambana que diga que quiere una madre virgen. NOTA BENE: El editor desea advertir que esta entrada puede herir la sensibilidad de personas sin sentido del humor. Y del amor.