Murcia no es París


(el autor en Murcia)

Murcia es lo contrario que París. En los pagos murcianos anida el ruido y la furia, la moral ciudadana se evaporó en los años burbujeriles y la gente quiere ser rica y no culta. Esto último me lo dijo, tal cual, Tony, el recepcionista nocturno del Hotel Neptuno. La inteligencia de mis improbables lectoras hace innecesario aclarar que me refiero a la moral de las instituciones y partidos de aquella región y no a la moral individual de cada persona, que ni quiero ni puedo juzgar.

Como no me duelen prendas, ni me pienso volver a casar con nadie ni por la Iglesia ni por lo civil, tengo que decir que he notado a París más guarro de lo propio de la Ville de la Lumiére. Se lo comenté al hombre francés, pero que ha estudiado en Colombia, que me transportó a Orly para tomar el avión de vuelta y me dijo lapidariamente:

—“los inmigrantes no cuidan las cosas”.

No comparto el comentario xenófobo del taxista parisino, pero, como buen escritor de moral y de costumbres que soy, dejo aquí constancia de la opinión del taxista por mí consultado.


(foto tomada por el autor en el Mar Menor)

Enrique Vila-Matas se quejaba el otro día de su bien amada Barcelona, por estar inundada ahora de turistas gaudinianos.

Yo tengo la tesis de que para escribir es mejor no vivir en la ciudad soñada, si es que tal existe. Te distrae. Es mejor escribir en el limbo.

Escucho llover sobre los cristales de mi casa. Ya cada día es más primavera sobre el barrio que se aleja. Por mi calle anda abril y ya no me quito de encima las estrellitas de colores, hasta vaya usted a saber cuándo. Y encima resulta que soy un proyecto de hombre mayor y en crisis, con la familia interrumpida. ¡Qué de recuerdos! ¡Cuántos colores hubo!

Es bueno enamorarse de cuando en cuando… Lo que ocurre es que, cuando amo a una mujer, deseo que se vaya para poder soñar con ella.

Todos escribimos hoy autoficción. No son autobiografías, ni actas notariales, ni diarios, ni memorias, ni novelas puras que son pura imaginación. Pero también lo que escribimos es todo eso. Es literatura, con perdón.
Cesare Pavese se suicidó por estas fechas hace setenta y tantos años. Antes había escrito que “los suicidios son homicidios íntimos”.


(tomé la foto en Lo-Pagán)

Cuando el verano pasado tomé los doce baños en el Mar Menor, se palpaba en el ambiente una grave preocupación por los efectos de la crisis en los negocios locales de hostelería y restauración. Dije al alcalde que, a cambio de ser nombrado cronista de la villa de San Pedro del Pinatar, estaba dispuesto a proponerle la solución infalible e inefable para alejar el temor local.

Se trataba de sacar en procesión a la Virgen del Carmen para que un impedido, previamente rebozado en los lodos de Mar Menor, se levantase de la silla de ruedas gritando ¡milagro, milagro!
En ningún momento entramos en el asunto de si el “probecico” tenía que ser auténtico o valía cualquier aficionado local. Ni por esas. Ni me han nombrado cronista local, ni han sacado a la Virgen en procesión. Será por no estimar adecuadamente el efecto beneficioso que una retransmisión en directo del milagro de los lodos hubiera producido, a buen seguro, en el mundo mundial. También puede ser porque el alcalde es socialista y tiene más miedo de lo normal a la religión.

Aquel día no reconocí a un amigo de infancia que había ido a Murcia a la vaina de los lodos del Mar Menor. No lo identifiqué porque la última vez que lo vi era un crío que pesaría 40 ó 45 kilos y ahora es un cachalote de unos 130 kilos en canal. Le pregunté por la razón de su desparrame carnal y se limitó a decir, con cara de mala leche eso sí, que había cogido querencia a las albóndigas de pavo.
A ese antiguo amigo de Murcia le fastidia que use un hipocorístico para llamarle por su nombre de pila. El nene se llama Enrique y no quiere que yo le llame Quique, como hace todo el mundo.

Comentarios

  1. Esto es una crónica y lo demás son tonterías.

    Excelente.

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  2. "La gente quiere ser rica y no culta." No creo en nada pero a esto Améeeeeen. Acá hay una troupe de nuevos ricos que son tan vulgares, tan. El que necesita mostrar las marcas de todo lo que consume no entendió nada de nada y eso se traslada a las ciudades.Pero es cierto que las soñadas desconcentran. Escribir desde la distancia, desde la enajenación o desde el deseo es cuando mejor sale.
    Me encantó este texto.
    Beso va, Manuel.

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  3. Cuanto tiempo sin deleitarme con tus letras, con tus historias de tu historia ahora vuelvo al redil de tus cuentos vividos y te dejo mis besos

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  4. Murcia no es París, pero tiene su encanto con su huerta murciana y relajante mar menor, sus aguas templadas y calientes las conozco bien. Los lodos hace milagros para algunos seres y no para otros....dependen de las dolencias de cuerpo y alma.
    Gracias por compartir tus interesantes relatos.
    Así se escribe tu historia y la historía de otros, desde el lugar de viaje.
    En vivo y en directo, para publicar en tu magnifico blog.
    Un abrazo fraternal de MA desde Granada.

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