Relatos desiguales
XENÓFOBOS
Pagué mi copa de Albariño y salí por patas.
La gota que colmó el vaso de mi paciencia la puso el más gordo de los xenófobos que se acodan en la barra de Sanxenxo y pagan con billetes de 500€ conseguidos practicando el noble oficio de poner ladrillos, corromper a los corruptos, y timar e hipotecar a un par de generaciones de paisanos y naturalizados.
El cochino que me hartó no quería oír hablar de soluciones y programas de formación para los que han tenido que dejar todo en sus países de nacimiento y se han venido aquí para cuidar de nuestros padres, de nuestros nietos, de nuestras alcachofas y recoger nuestra mierda urbana. Dijo:
- Yo no quiero soluciones, ni ayudas. Simplemente quiero que se vayan todos.
Salgo del antro racista y se lo cuento a la dueña de la papelería, a quien llamo Carlina, por la cosa de la marca de su franquicia. Me dice:
- Usted no sabe lo que tengo que aguantar en mi tienda. Tengo una hija adoptiva que es nicaragüense y tiene su colorcito….
DÉJAME QUE TE CUENTE LIMEÑA
(el autor en verano)
Pagué mi copa de Albariño y salí por patas.
La gota que colmó el vaso de mi paciencia la puso el más gordo de los xenófobos que se acodan en la barra de Sanxenxo y pagan con billetes de 500€ conseguidos practicando el noble oficio de poner ladrillos, corromper a los corruptos, y timar e hipotecar a un par de generaciones de paisanos y naturalizados.
El cochino que me hartó no quería oír hablar de soluciones y programas de formación para los que han tenido que dejar todo en sus países de nacimiento y se han venido aquí para cuidar de nuestros padres, de nuestros nietos, de nuestras alcachofas y recoger nuestra mierda urbana. Dijo:
- Yo no quiero soluciones, ni ayudas. Simplemente quiero que se vayan todos.
Salgo del antro racista y se lo cuento a la dueña de la papelería, a quien llamo Carlina, por la cosa de la marca de su franquicia. Me dice:
- Usted no sabe lo que tengo que aguantar en mi tienda. Tengo una hija adoptiva que es nicaragüense y tiene su colorcito….
DÉJAME QUE TE CUENTE LIMEÑA
(el autor en invierno)
Asisto en el Círculo de Bellas Artes a la presentación de un libro de Julio Feo cuyo título está inspirado en esa canción, al igual que otro de Jorge Bucay.
Vive retirado en Brunete y amablemente me invita a visitarle allá. No tengo más remedio que confesarle que no he vuelto por aquellos lares desde la batalla de igual nombre. Y que no tengo coche.
Hace años encontré varias bombas de mano de tipo piña en la finca que mi señor padre tenía en Brunete. De eso me acuerdo y también de las perdices estofadas de Casa Campa, mucho mejor que las de Jockey, que en paz descanse.
El libro de Julio promete mucho. En cuanto termine con Schopenhauer, me pongo con el. O no.
PESADILLAS MELATONIANAS
Vive retirado en Brunete y amablemente me invita a visitarle allá. No tengo más remedio que confesarle que no he vuelto por aquellos lares desde la batalla de igual nombre. Y que no tengo coche.
Hace años encontré varias bombas de mano de tipo piña en la finca que mi señor padre tenía en Brunete. De eso me acuerdo y también de las perdices estofadas de Casa Campa, mucho mejor que las de Jockey, que en paz descanse.
El libro de Julio promete mucho. En cuanto termine con Schopenhauer, me pongo con el. O no.
PESADILLAS MELATONIANAS
(el autor en Holanda)
Piso antiguo en la calle K.
Mi padre anuncia que se casa con una señora de Marbella, de muy buena pinta. Me gusta su prometida, incluso físicamente.
Mi tío y padrino me nombra académico de su Círculo de Historiadores. Acepto y me propongo precisar en mi discurso de ingreso que no soy historiador, salvo de mí mismo.
Le digo a mi yaya que estoy muy solo. Mi hermana Emilia, soltera aún, es la introductora en España del sistema pilates.
Mi hermana Nita tiene un pie fastidiado.
Tolcheff quiere que ambos dos compremos una finca a medias.
Yo quiero un perro.
En la copa de vino español celebratoria del compromiso paterno-marbellí pregunto a mi progenitor si harán capitulaciones matrimoniales.
Compruebo con asombro que tengo varias docenas de pares de gemelos para los puños dobles de mis camisas de popelín. Están hechas a medida en Burgos, en la calle Cedaceros, acreditado establecimiento que fuera propiedad de los Álvarez de Aranjuez, hoy pasto del cambio a la manufactura fabril de camisas con puños de botoncicos.
Doy una conferencia en no sé dónde y asisto yo solito.
El Lobito de Caracas se me aparece en efigie, que luego se transforma en el profesor chiflado con cara de Jerry Lewis.
OTRO DE MELATONINA
Mi padre anuncia que se casa con una señora de Marbella, de muy buena pinta. Me gusta su prometida, incluso físicamente.
Mi tío y padrino me nombra académico de su Círculo de Historiadores. Acepto y me propongo precisar en mi discurso de ingreso que no soy historiador, salvo de mí mismo.
Le digo a mi yaya que estoy muy solo. Mi hermana Emilia, soltera aún, es la introductora en España del sistema pilates.
Mi hermana Nita tiene un pie fastidiado.
Tolcheff quiere que ambos dos compremos una finca a medias.
Yo quiero un perro.
En la copa de vino español celebratoria del compromiso paterno-marbellí pregunto a mi progenitor si harán capitulaciones matrimoniales.
Compruebo con asombro que tengo varias docenas de pares de gemelos para los puños dobles de mis camisas de popelín. Están hechas a medida en Burgos, en la calle Cedaceros, acreditado establecimiento que fuera propiedad de los Álvarez de Aranjuez, hoy pasto del cambio a la manufactura fabril de camisas con puños de botoncicos.
Doy una conferencia en no sé dónde y asisto yo solito.
El Lobito de Caracas se me aparece en efigie, que luego se transforma en el profesor chiflado con cara de Jerry Lewis.
OTRO DE MELATONINA
Peregrinamos por las marismas de La Camargue vestidos de rocieros con carretas y todo.
Corcas va disfrazado de Indiana Jones, cuatro tallas menos, eso sí.
Mucho cuidado con las patitas de los caniches blancos.
La senda de bambú se ha convertido en turba y me tizno hasta las pestañas.
Rafael, ya en su lecho de muerte, me hace llegar una nota de su puño y letra con instrucciones para cambiar los estatutos. Apostilla el hombre diciendo que yo soy el único que puede hacerlo bien. ¡Qué disparate!
Los nuevos son feos y me niego a colaborar, para que no me llamen colaboracionista. Aduzco que me voy a hacer la ruta del opio, que debe sedar más que el camino de Santiago.
Mi hermano muerto me entrega su carta al padre. La mía, le digo, ha quedado demodé. Un siglo de estos escribiré otra. Una hija envía su carta al padre y le dice que prefiere a otro.
¡SAPRISTI!
Corcas va disfrazado de Indiana Jones, cuatro tallas menos, eso sí.
Mucho cuidado con las patitas de los caniches blancos.
La senda de bambú se ha convertido en turba y me tizno hasta las pestañas.
Rafael, ya en su lecho de muerte, me hace llegar una nota de su puño y letra con instrucciones para cambiar los estatutos. Apostilla el hombre diciendo que yo soy el único que puede hacerlo bien. ¡Qué disparate!
Los nuevos son feos y me niego a colaborar, para que no me llamen colaboracionista. Aduzco que me voy a hacer la ruta del opio, que debe sedar más que el camino de Santiago.
Mi hermano muerto me entrega su carta al padre. La mía, le digo, ha quedado demodé. Un siglo de estos escribiré otra. Una hija envía su carta al padre y le dice que prefiere a otro.
¡SAPRISTI!
Tengo un amigo en el Tercio y otro tengo en Regulares. Un tercero es jefe del departamento de neurociencia y control motor de la Universidad de Sanxenxo.
Este hombre, en vez de dedicarse a buscar la partícula fundamental que explique el origen de la masa, habla del papel calmante de las religiones. Dice que, ante la anomia, los sistemas religiosos ayudan a controlar la ansiedad de no saber. Cuánto más sabe uno, más sabe que no sabe nada. Y eso genera ansiedad. Ello, unido a que vivimos muy poco y no queremos morirnos y no sabemos qué hay después de palmarla, hace que nuestros cerebros creen unos circuitos neuronales para encauzar los sentimientos de solidaridad, templanza o humildad que todos tenemos, más o menos.
Las religiones subproducto son de nuestro cerebro inteligente.
ME PEGAN LA BULLA
El doctor Pestiño y Laureano Pañoleto vienen a casa a pegarme la bulla por no sé qué vaina. Me limito a defenderme diciendo que soy el único ejemplar sin cruzar del Bradypus variegatus, que no me den el follón y que invito a una copa en el cocktail bar O’clock en la calle Juan Bravo.
FRANQUICIA
Asisto en directo al despido fulminante del encargado de una pequeña tienda de vinos en régimen de franquicia.
El chavalote se llama Andrés, es colombiano y tiene un master en enología en una universidad privada de Madrid. De esas que suelen ser lo más parecido al timo de la estampita.
Estando un servidor comprando una botellica de un vino blanco de uva Godello fermentado sobre lías, que está riquísimo, el tal Andrés atiende una llamada y se le va la color del rostro.
Dos minutos al teléfono. Cuelga y me dice que era su jefe para comunicarle que estaba despedido y que tenía media hora para recoger sus bártulos y rendir cuentas.
Me intereso por su tipo de contrato y confirma mi temor. Está en la tercera renovación de un contrato de becario en prácticas, sin indemnización ni vacaciones ni leches de las Navas del Marqués.
Al día siguiente me llamó para contarme que ya estaba en la calle y que en el arqueo de caja le habían acusado de una falta de seis euros.
Los euros aparecieron en el recuento de comprobación.
PREDOMINANCIA
Oído en el canal Metéo del satélite Digital +.
Hoy tenemos “predominancia” de una borrasca situada al sur de las Islas Británicas y por ello la situación “está predominada” por vientos del Norte.
A mi me suena raro, pero vaya usted a saber.
SMS
Me gustan más que los correos electrónicos. Pueden ser más tiernos.
Son una especie de telegramas liofilizados y concentrados en lenguaje medido. Caben en ellos pequeños poemas; cosa distinta es escribir kaven.
NABOKOV
El ilustre suicida autor de joyas como Lolita, Pálido Fuego o, Habla, memoria, escribía a lápiz y en tarjetas o fichas. Cuando le venía en gana barajaba las fichas, llenas de borrones y tachaduras y correcciones, y ¡cataplás! ya estaba la novela lista.
Cuenta su hijo Dimitri que ni su madre ni él mismo se atrevieron a cumplir con la voluntad expresa de Nabokov, quien, enfermo de muerte, dejó dicho o escrito que destruyeran las 138 fichas de la novela que estaba saliendo de la punta de su lapicero.
Dimitri piensa que ha llegado el tiempo de editar, tal y como están, las fichas de la obra, que se va a llamar, o se llama, Laura.
Ya andan diciendo los sabios que está inacabada. ¿Por qué?
MÁS MELATONINA
Ceno con el Primer Ministro canadiense con ocasión de una reunión del Comité de Liaison de la Unión Europea. A los postres, y ya un poco chispiretas, me dice que él, hubiera querido ser torero.
Le explico que yo soy toreador, tiro violentamente del mantel dejando en su sitio platos, cubiertos y copas y pido a la orquesta que acometa andante con moto Suspiros de España. Ofrezco una lección de toreo de salón que me sale bordada.
Mis colegas me sacan a hombros del restaurante de la Ópera de Estocolmo y a hombros me llevan hasta el aeropuerto en donde me embarcan en un avión rumbo a Cali. Llego a tiempo de figurar en el cartel de más tronío de aquella feria.
NEUROSIS
Antes eras un neurótico. Ahora padeces trastornos de ansiedad, fobias y pánico. Las causas son biológicas unas, otras bioquímicas y también las hay que son sociales. La presidente de la Asociación de Trastornos de Ansiedad de EE.UU. aconseja: mantener una buena rutina, descansar mucho y hacer deporte. Yo añado que es bueno el auto psicoanálisis de los sueños nocturnos. Debemos instalarnos en la zona inhóspita de nuestra conciencia individual.
TODOJUNTO
Sobre Madrid caen rayos y centellas.
Pregunto a mi maestro si muchos pacientes han cancelado su cita.
Responde:
- Siempreaveces.
Me agrada su respuesta. Construye el castellano como los teutones su lengua. Agregan palabras y crean un concepto nuevo.
EL MAESTRO SE VA
El maestro Akira me anuncia con su poquita voz que regresa a Japón.
- Yo irme a cuidar a mi papá y a mi hermano. Mi mamá está feliz.
- ¿Cuántos años tiene su hermano?
- Cuarenta y siete y está enfermito del nervio autónomo. Tiene miedo de que la sangre se le suba a la cabeza. Yo ir a cuidar con shiatsu porque la medicina occidental le ha dado muchos medicamentos dañinos. Mi papá tiene ochenta y seis años y está operado de colon.
Le digo que lamento su marcha con toda el alma y me dice que él no quiere dejar Madrid y que en Tokio no estará Manuel Torres.
Como no se trata de liarnos a llorar le digo si ha previsto a quién va a encomendar mi cuerpo y mi espíritu.
- Suzuki le cuidará igual o mejor que Akira pues aplica mejor presión que la mía por ser Cuarto Dan de Jiu Jitsu.
Agradezco su previsión y le encarezco que informe a Suzuki de cómo son mi cuerpo y mi espíritu, ya que el hombre que se apellida como la moto no habla un carajo de español.
Prometo visitarle en Tokio y le ruego me ponga a los pies de su mamá. Me recomienda vivamente que no vaya a Tokio ni en verano ni en invierno. Lo que más ama de Madrid son sus muchos árboles.
Este hombre, en vez de dedicarse a buscar la partícula fundamental que explique el origen de la masa, habla del papel calmante de las religiones. Dice que, ante la anomia, los sistemas religiosos ayudan a controlar la ansiedad de no saber. Cuánto más sabe uno, más sabe que no sabe nada. Y eso genera ansiedad. Ello, unido a que vivimos muy poco y no queremos morirnos y no sabemos qué hay después de palmarla, hace que nuestros cerebros creen unos circuitos neuronales para encauzar los sentimientos de solidaridad, templanza o humildad que todos tenemos, más o menos.
Las religiones subproducto son de nuestro cerebro inteligente.
ME PEGAN LA BULLA
El doctor Pestiño y Laureano Pañoleto vienen a casa a pegarme la bulla por no sé qué vaina. Me limito a defenderme diciendo que soy el único ejemplar sin cruzar del Bradypus variegatus, que no me den el follón y que invito a una copa en el cocktail bar O’clock en la calle Juan Bravo.
FRANQUICIA
Asisto en directo al despido fulminante del encargado de una pequeña tienda de vinos en régimen de franquicia.
El chavalote se llama Andrés, es colombiano y tiene un master en enología en una universidad privada de Madrid. De esas que suelen ser lo más parecido al timo de la estampita.
Estando un servidor comprando una botellica de un vino blanco de uva Godello fermentado sobre lías, que está riquísimo, el tal Andrés atiende una llamada y se le va la color del rostro.
Dos minutos al teléfono. Cuelga y me dice que era su jefe para comunicarle que estaba despedido y que tenía media hora para recoger sus bártulos y rendir cuentas.
Me intereso por su tipo de contrato y confirma mi temor. Está en la tercera renovación de un contrato de becario en prácticas, sin indemnización ni vacaciones ni leches de las Navas del Marqués.
Al día siguiente me llamó para contarme que ya estaba en la calle y que en el arqueo de caja le habían acusado de una falta de seis euros.
Los euros aparecieron en el recuento de comprobación.
PREDOMINANCIA
Oído en el canal Metéo del satélite Digital +.
Hoy tenemos “predominancia” de una borrasca situada al sur de las Islas Británicas y por ello la situación “está predominada” por vientos del Norte.
A mi me suena raro, pero vaya usted a saber.
SMS
Me gustan más que los correos electrónicos. Pueden ser más tiernos.
Son una especie de telegramas liofilizados y concentrados en lenguaje medido. Caben en ellos pequeños poemas; cosa distinta es escribir kaven.
NABOKOV
El ilustre suicida autor de joyas como Lolita, Pálido Fuego o, Habla, memoria, escribía a lápiz y en tarjetas o fichas. Cuando le venía en gana barajaba las fichas, llenas de borrones y tachaduras y correcciones, y ¡cataplás! ya estaba la novela lista.
Cuenta su hijo Dimitri que ni su madre ni él mismo se atrevieron a cumplir con la voluntad expresa de Nabokov, quien, enfermo de muerte, dejó dicho o escrito que destruyeran las 138 fichas de la novela que estaba saliendo de la punta de su lapicero.
Dimitri piensa que ha llegado el tiempo de editar, tal y como están, las fichas de la obra, que se va a llamar, o se llama, Laura.
Ya andan diciendo los sabios que está inacabada. ¿Por qué?
MÁS MELATONINA
Ceno con el Primer Ministro canadiense con ocasión de una reunión del Comité de Liaison de la Unión Europea. A los postres, y ya un poco chispiretas, me dice que él, hubiera querido ser torero.
Le explico que yo soy toreador, tiro violentamente del mantel dejando en su sitio platos, cubiertos y copas y pido a la orquesta que acometa andante con moto Suspiros de España. Ofrezco una lección de toreo de salón que me sale bordada.
Mis colegas me sacan a hombros del restaurante de la Ópera de Estocolmo y a hombros me llevan hasta el aeropuerto en donde me embarcan en un avión rumbo a Cali. Llego a tiempo de figurar en el cartel de más tronío de aquella feria.
NEUROSIS
Antes eras un neurótico. Ahora padeces trastornos de ansiedad, fobias y pánico. Las causas son biológicas unas, otras bioquímicas y también las hay que son sociales. La presidente de la Asociación de Trastornos de Ansiedad de EE.UU. aconseja: mantener una buena rutina, descansar mucho y hacer deporte. Yo añado que es bueno el auto psicoanálisis de los sueños nocturnos. Debemos instalarnos en la zona inhóspita de nuestra conciencia individual.
TODOJUNTO
Sobre Madrid caen rayos y centellas.
Pregunto a mi maestro si muchos pacientes han cancelado su cita.
Responde:
- Siempreaveces.
Me agrada su respuesta. Construye el castellano como los teutones su lengua. Agregan palabras y crean un concepto nuevo.
EL MAESTRO SE VA
El maestro Akira me anuncia con su poquita voz que regresa a Japón.
- Yo irme a cuidar a mi papá y a mi hermano. Mi mamá está feliz.
- ¿Cuántos años tiene su hermano?
- Cuarenta y siete y está enfermito del nervio autónomo. Tiene miedo de que la sangre se le suba a la cabeza. Yo ir a cuidar con shiatsu porque la medicina occidental le ha dado muchos medicamentos dañinos. Mi papá tiene ochenta y seis años y está operado de colon.
Le digo que lamento su marcha con toda el alma y me dice que él no quiere dejar Madrid y que en Tokio no estará Manuel Torres.
Como no se trata de liarnos a llorar le digo si ha previsto a quién va a encomendar mi cuerpo y mi espíritu.
- Suzuki le cuidará igual o mejor que Akira pues aplica mejor presión que la mía por ser Cuarto Dan de Jiu Jitsu.
Agradezco su previsión y le encarezco que informe a Suzuki de cómo son mi cuerpo y mi espíritu, ya que el hombre que se apellida como la moto no habla un carajo de español.
Prometo visitarle en Tokio y le ruego me ponga a los pies de su mamá. Me recomienda vivamente que no vaya a Tokio ni en verano ni en invierno. Lo que más ama de Madrid son sus muchos árboles.
Buena noche de domingo tengas amigo mío.
ResponderEliminarMe encantó leer tus relatos desiguales.
Tienen su puntazo.
Un aplauso.
Abrazos Manuel.
MA.
El blog de MA.
Querida MA: la libertad del escritor consiste en escapar y dejar escapar a sus personajes. Te abraza tu fiel amigo Manuel Mª
EliminarMe gustó asistir en tu casa de citas a la lectura de estos relatos desiguales todos muy interesantes ,cada uno con su punto de sarcasmo y originalidad.
ResponderEliminarBesos Manuel maria., estaré atenta a los próximos.
Puri
¡Muchas gracias querida amiga Puri! Es una suerte encontrar personas (pocas) que aprecian nuestra escritura. Abrazos.
EliminarUn placer leer tus historias,trataré de visitarte mas seguido.Un abrazo a la distancia
ResponderEliminarMillones de gracias amigo Juan Carlos. Pasaré por tu blog. Abrazos fraternos.
Eliminarme hubiera gustado que los largaras de a poco
ResponderEliminarSon cortos y diferentes y asi se pueden apreciar mas
Besos cálidos desde Miami
Seguramente llevas razón, pero estoy en una etapa de escritura breve. Escribo sobre la realidad que me rodea, con cierta ironía y distancia. Muchísimas gracias por tu visita. Te beso y abrazo.
ResponderEliminarBonito rincon de recuerdos
ResponderEliminarMuchas gracias Mujer. Me agrada que te agraden mis historias. Un abrazo.
Eliminarvuelvo a leerte
ResponderEliminarlos dias de este verano me imptegnand de sudor la mente